martes, 19 de octubre de 2010

¡MAX MADERA!

Max, nacido Francesc Capdevila, es uno de los dibujantes de historietas más activos de nuestro panorama editorial. El autor barcelonés, afincado en Mallorca, compagina hábilmente las viñetas con la ilustración, dos facetas unidas por el lápiz que le han permitido gozar de una envidiable proyección internacional.

Entre los numerosos galardones que coronan su carrera, Max cuenta con el Premio Nacional de Ilustración (97), el Ignatz (99), uno de los más importantes de EE.UU., y el Gran Premio del Saló Internacional de Barcelona (00). La inquietud de este artista le llevó a fundar su propia editorial, Inrevés Edicions, bajo cuyo sello editó una de las publicaciones de historietas más innovadora de los últimos tiempos: “NSLM”, antes conocida como “Nosotros somos los muertos”. Cada una de las ilustraciones de este dibujante, personal como pocos, esconde una historia. La búsqueda de nuevos caminos estéticos es otra de sus obsesiones, plasmada en trabajos que van desde el cartel de una gira de Kiko Veneno y Juan Perro a la mascota del centenario del Fútbol Club Barcelona, pasando por la portada del "New Yorker" o una serie de libros sobre Sherlock Holmes.

¿Te ves capaz de desvelar alguna influencia como ilustrador?
El ilustrador belga Ever Meulen ha sido mi maestro. Pero también se pueden encontrar influencias de los grandes ilustradores catalanes, como Opisso, y de ciertos pintores antiguos y modernos: Brueghel, De Chirico, Grosz...

Has creado portadas para publicaciones de prestigio como el "New Yorker". ¿Qué ha significado en tu carrera?
En las portadas del "New Yorker" está toda la historia de la ilustración del s. XX. Es el Olimpo para cualquier ilustrador. Es como rozar el cielo.

¿Es difícil trabajar para clientes con tanto prestigio?
Claro, y no solo porque el listón de calidad gráfica esté muy alto. El "New Yorker", por ejemplo, es un semanario de actualidad muy enfocado a su público, gente de la cultura y la intelectualidad norteamericana. Exige una visión de los temas de actualidad muy adaptada a esa sensibilidad. No es fácil, desde aquí, dar con una visión que pueda interesar a ese público en cada momento concreto.

Cuando ilustras portadas de discos, ¿te dejan plena libertad?
Sí, de otro modo difícilmente saldría bien. Consigo los mejores dibujos cuanto más implicado me siento en el trabajo. Para los discos, mejor partir de una identificación emocional previa con la música que contienen. O de una conexión personal con los músicos, como ha ocurrido en la mayoría de mis trabajos en este campo. Una portada debe estar en sintonía con lo que va a contener. Puede ser con la atmósfera de la música, o con los temas de las letras, o con la actitud del músico o la banda, o simplemente con el título del disco. Pero ilustrar es comunicar, y resulta muy difícil comunicar o transmitir algo si ese algo no te ha contagiado previamente.

La ilustración de cuentos infantiles también es uno de tus fuertes.
Me gusta mucho trabajar para los lectores más pequeños. Aún recuerdo vívidamente como me introducía en universos maravillosos a través de los dibujos de los libros en mi infancia. Pocas sensaciones hay como ésa.

Dónde te sientes más cómodo, ¿en el campo de la historieta o en la ilustración?
En ambos campos me siento cómodo y bien, aunque confieso que es en la historieta donde tengo puesto mi corazoncito.

¿Quizás el cómic es un medio menos aplaudido?
No te creas. La historieta es un medio más minoritario, pero los lectores de historieta se fijan mucho en la autoría de aquello que les gusta. La ilustración alcanza a mucha más gente, de hecho te la encuentras mil veces cada día en revistas, diarios, carteles o vallas publicitarias, spots televisivos, en los envases del súper... Pero casi nadie se fija en el autor de esos dibujos.

¿Qué queda de aquellos comienzos en la revista "El Vibora"? Desde entonces ha llovido mucho.
Y más que va a llover, por suerte. En “El Víbora” estuvo la semilla de mucho de lo que hago ahora. Es cierto que algunas cosas de aquellos primeros años son insolentemente ingenuas y se me caen de las manos cuando las veo ahora, pero el aprendizaje no consiste en una sucesión de aciertos, sino en ir resolviendo errores. Hablo de historietas, pero también he procurado incorporar algunas cosas de ilustración de aquella época a “Espiasueños”. No quería hacer un "Lo mejor de...", me interesaba más ofrecer una visión didáctica de como se produce un proceso de aprendizaje de un dibujante, con sus dificultades iniciales.


La fantasía predomina en todo tu trabajo.
Sí, pero no es para nada una fantasía de evasión a mundos irreales. Me gusta la iconografía de la fantasía, pero me gusta usarla para tocar temas reales y cotidianos. Es una técnica de extrañamiento que me parece que produce buenos resultados narrativos y buenos hallazgos visuales. Además, ya nos enseñaron Freud y Jung que las imágenes fantásticas provienen del subconsciente y no son para nada inocentes, que responden a realidades profundas del individuo y de la sociedad. Pero también procuro ir con cuidado para no ser demasiado hermético o subliminal. Me gusta que mis dibujos los pueda entender alguien más que los psicoanalistas.


¡¡RECUERDA!!
Max en MOSTRA CÓMIC 
Celebrará un encuentro con todos los fans hoy martes 19.
En Fnac a las 19:30 horas.



1 comentario:

  1. Se os ha olvidado comentar el mas importante galardon y quiza el mas reciente recibido en este pais:Primer Premio Nacional de Cómic (2007)

    ResponderEliminar